lunes, 12 de octubre de 2009

Relojes de Pared en la Decoracion

La decoración en el hogar y más concretamente en las paredes, hace tiempo que ha dejado de ser ser coto exclusivo de cuadros o pinturas. Desde hace bastante años espejos o relojes de pared han tomado el relevo como objeto decorativo y funcional.

Estos últimos han evolucionado de los relojes clásicos, a otros, donde materiales como el cristal, el plástico o la madera de llamativos colores, son cada vez más utilizados para su creación. Como ejemplo de estos últimos están los relojes de pared marimon, con diseños originales y exclusivos . Su compromiso de excelencia hacia los clientes, empieza desde el primer momento de su elaboración y se plasma en cada uno de los componentes del reloj de pared, los cuales son diseñados y construidos en sus propios talleres.

Por eso podemos decir que los relojes de pared no son sólo artilugios para medir el tiempo, sino bellos objetos con los cuales el tiempo transcurre más agradablemente.

lunes, 5 de octubre de 2009

Relojes de Pared en el arte

Varios artistas han utilizando un reloj de pared para evocar el concepto del paso del tiempo, pero quizás pocos son tan recordados como los relojes utilizados por Salvador Dali en su cuadro "La persistencia de la memoria".

El paisaje del cuadro es sencillo; aparece el mar al fondo y una pequeña formación rocosa a la derecha. Hay cuatro relojes; un reloj de bolsillo y tres relojes de pared blandos y deformados. Uno de los relojes cuelga en equilibrio de la rama de un árbol. Debajo, en el centro del cuadro, otro se adapta a modo de montura sobre una cara con largas pestañas inspirada en una roca del cabo de Creus. El tercer reloj blando está, quizás, a punto de deslizarse por un muro. Sobre este reloj hay una mosca y sobre el reloj de bolsillo, situado sobre el muro, hay multitud de hormigas.

Los relojes, como la memoria, se han reblandecido por el paso del tiempo. Son relojes perfectamente creibles que siguen marcando la hora (en torno a la seis de la tarde). Dalí dijo sobre el cuadro: "Lo mismo que me sorprende que un oficinista de banco nunca se haya comido un cheque, asimismo me asombra que nunca antes de mí, a ningún otro pintor se le ocurriese pintar un reloj blando".