Varios artistas han utilizando un reloj de pared para evocar el concepto del paso del tiempo, pero quizás pocos son tan recordados como los relojes utilizados por Salvador Dali en su cuadro "La persistencia de la memoria".
El paisaje del cuadro es sencillo; aparece el mar al fondo y una pequeña formación rocosa a la derecha. Hay cuatro relojes; un reloj de bolsillo y tres relojes de pared blandos y deformados. Uno de los relojes cuelga en equilibrio de la rama de un árbol. Debajo, en el centro del cuadro, otro se adapta a modo de montura sobre una cara con largas pestañas inspirada en una roca del cabo de Creus. El tercer reloj blando está, quizás, a punto de deslizarse por un muro. Sobre este reloj hay una mosca y sobre el reloj de bolsillo, situado sobre el muro, hay multitud de hormigas.
Los relojes, como la memoria, se han reblandecido por el paso del tiempo. Son relojes perfectamente creibles que siguen marcando la hora (en torno a la seis de la tarde). Dalí dijo sobre el cuadro: "Lo mismo que me sorprende que un oficinista de banco nunca se haya comido un cheque, asimismo me asombra que nunca antes de mí, a ningún otro pintor se le ocurriese pintar un reloj blando".
El paisaje del cuadro es sencillo; aparece el mar al fondo y una pequeña formación rocosa a la derecha. Hay cuatro relojes; un reloj de bolsillo y tres relojes de pared blandos y deformados. Uno de los relojes cuelga en equilibrio de la rama de un árbol. Debajo, en el centro del cuadro, otro se adapta a modo de montura sobre una cara con largas pestañas inspirada en una roca del cabo de Creus. El tercer reloj blando está, quizás, a punto de deslizarse por un muro. Sobre este reloj hay una mosca y sobre el reloj de bolsillo, situado sobre el muro, hay multitud de hormigas.
Los relojes, como la memoria, se han reblandecido por el paso del tiempo. Son relojes perfectamente creibles que siguen marcando la hora (en torno a la seis de la tarde). Dalí dijo sobre el cuadro: "Lo mismo que me sorprende que un oficinista de banco nunca se haya comido un cheque, asimismo me asombra que nunca antes de mí, a ningún otro pintor se le ocurriese pintar un reloj blando".
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